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La enfermedad celíaca es una afección digestiva cada vez más conocida entre las familias. Sabemos que requiere una dieta estricta sin gluten, que puede producir síntomas gastrointestinales e incluso manifestaciones más generales. Pero ¿sabías que también puede afectar a la absorción de nutrientes tan importantes como el hierro?
Uno de los primeros signos que puede llevar al diagnóstico de celiaquía, sobre todo en niños algo mayores o adolescentes, es la presencia de una anemia por deficiencia de hierro que no mejora con el tratamiento habitual. En este artículo te explicamos la relación entre la enfermedad celíaca y la mala absorción del hierro, por qué ocurre y cómo abordarla.
La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune en el que el organismo reacciona de forma anormal al gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno. Esta reacción provoca una inflamación en el intestino delgado y un daño progresivo en las vellosidades intestinales, que son las estructuras encargadas de absorber los nutrientes.
Como consecuencia, si no se trata, puede producir malabsorción de vitaminas y minerales esenciales, entre ellos, el hierro.
La absorción del hierro ocurre principalmente en la parte superior del intestino delgado, especialmente en el duodeno y el yeyuno proximal. Precisamente, estas son las zonas más afectadas por la inflamación en los pacientes celíacos no tratados.
Cuando las vellosidades intestinales están dañadas, no solo se reduce la superficie de absorción, sino que también se alteran los mecanismos celulares que transportan el hierro desde el intestino hacia la sangre. Esto puede provocar una ferropenia (deficiencia de hierro), que a su vez puede derivar en una anemia ferropénica si no se corrige.
Sí. En algunos niños, especialmente en etapas más tardías de la infancia o en la adolescencia, la anemia persistente por déficit de hierro puede ser el único signo de enfermedad celíaca. Esto es más frecuente en casos donde no hay síntomas digestivos evidentes.
Por eso, ante una anemia que no mejora con el suplemento oral de hierro, el pediatra puede solicitar estudios para descartar celiaquía, como una analítica con anticuerpos específicos y, en algunos casos, una biopsia intestinal.
El hierro es un mineral esencial para múltiples funciones en el organismo. Su déficit puede producir:
• Cansancio y debilidad.
• Palidez de piel y mucosas.
• Irritabilidad o cambios de ánimo.
• Problemas de concentración y bajo rendimiento escolar.
• Uñas frágiles o caída del cabello.
En niños pequeños, el déficit de hierro también puede interferir en el desarrollo cognitivo y motor. Por eso es importante detectarlo y tratarlo a tiempo.
Una vez diagnosticada la enfermedad celíaca y eliminados el gluten y sus derivados de la dieta, la mucosa intestinal comienza a regenerarse. Con el tiempo, las vellosidades se recuperan y el intestino puede volver a absorber correctamente el hierro y otros nutrientes.
Sin embargo, esta recuperación no es inmediata. En algunos casos, puede tardar varios meses, e incluso más de un año, en normalizarse completamente. Por eso, durante ese periodo, el niño puede necesitar suplementos de hierro, siempre bajo indicación médica.
El diagnóstico de enfermedad celíaca debe ser realizado por el pediatra o gastroenterólogo infantil y suele incluir:
El hierro es un mineral esencial para múltiples funciones en el organismo. Su déficit puede producir:
• Análisis de sangre con anticuerpos específicos (anti-transglutaminasa IgA, anti-endomisio).
• Estudio genético HLA DQ2/DQ8 (cuando hay dudas).
• Biopsia intestinal mediante endoscopia (en algunos casos, no siempre necesaria si se cumplen criterios diagnósticos).
Es muy importante no retirar el gluten antes de hacer estas pruebas, ya que podría alterar los resultados y dificultar el diagnóstico.
La única forma de tratamiento de la enfermedad celíaca es una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto no solo evita los síntomas digestivos, sino que también permite una correcta recuperación de la mucosa intestinal y, por tanto, la normalización en la absorción del hierro y otros nutrientes.
Una vez instaurada la dieta, el pediatra controlará los niveles de hierro en sangre y valorará la necesidad de continuar o no con los suplementos.
La enfermedad celíaca puede ser una causa oculta de anemia por deficiencia de hierro, incluso en niños sin síntomas intestinales claros. Por eso, ante una anemia que no mejora con tratamiento, es importante considerar esta posibilidad.
Con una detección precoz, seguimiento adecuado y una dieta libre de gluten, la mucosa intestinal se regenera y el organismo puede volver a absorber correctamente el hierro, favoreciendo un crecimiento y desarrollo saludables.
Si tu hijo ha sido diagnosticado de enfermedad celíaca, o presenta síntomas compatibles con anemia sin causa clara, consulta con el pediatra. Un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones nutricionales y mejorar su calidad de vida.
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