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¿La falta de hierro puede provocar problemas digestivos?

Escrito por Creciendo sanos | Oct 1, 2025 6:00:00 AM

La deficiencia de hierro es una de las carencias nutricionales más frecuentes en la infancia. Muchas veces se asocia directamente con la anemia, pero lo cierto es que el hierro tiene funciones mucho más amplias, y su falta puede afectar a diferentes sistemas del organismo, incluido el aparato digestivo.

¿Puede un niño con déficit de hierro presentar molestias digestivas? ¿O al revés: pueden los problemas intestinales estar dificultando la absorción del hierro? En este post te lo explicamos de forma clara, para que puedas entender la relación entre el hierro y la salud digestiva de tu hijo.

¿Para qué sirve el hierro en el cuerpo?

El hierro es un mineral esencial que participa en múltiples funciones:

  • Transporta el oxígeno a través de la hemoglobina en la sangre

  • Contribuye al desarrollo cerebral

  • Refuerza el sistema inmunológico

  • Es clave en la producción de energía

  • Ayuda a mantener el correcto funcionamiento del metabolismo celular

Por eso, cuando hay un déficit de hierro, el cuerpo entero se resiente, especialmente en etapas de rápido crecimiento, como la infancia y la adolescencia.

¿Puede la falta de hierro causar síntomas digestivos?

Sí, algunos niños con déficit de hierro pueden presentar síntomas relacionados con el sistema digestivo, aunque no siempre se reconocen como tales.

  • Falta de apetito o rechazo a ciertos alimentos

  • Náuseas leves o malestar abdominal sin causa clara

  • Estreñimiento o cambios en el ritmo intestinal

  • Lengua irritada o sensación de ardor (glositis).

  • En algunos casos, tragar puede resultar incómodo por inflamación en la mucosa esofágica (disfagia por déficit de hierro.

No son los síntomas más frecuentes del déficit de hierro (como la fatiga, palidez o irritabilidad), pero sí pueden aparecer, sobre todo si la carencia se prolonga en el tiempo.

¿Y al revés? ¿Puede un problema digestivo causar falta de hierro?

Sí, algunos trastornos digestivos pueden dificultar la correcta absorción del hierro, o incluso provocar pérdidas que llevan a una deficiencia. Es importante tenerlo en cuenta si el niño tiene síntomas digestivos persistentes.

Entre las causas digestivas que pueden provocar déficit de hierro están:

  • Celiaquía (enfermedad celíaca): impide una correcta absorción intestinal, incluso antes de que aparezcan los síntomas típicos.

  • Gastritis crónica o infección por Helicobacter pylori: pueden afectar la absorción del hierro en el estómago.

  • Parásitos intestinales (como Giardia): frecuentes en niños, especialmente si han viajado o tenido contacto con agua contaminada.

  • Inflamación intestinal crónica (como en la enfermedad inflamatoria intestinal): puede provocar pérdidas y mala absorción.

  • Dieta desequilibrada: en niños con alimentación muy restrictiva o pobre en alimentos ricos en hierro (carne, legumbres, vegetales de hoja verde).

En estos casos, el hierro puede estar bajo a pesar de que la dieta sea adecuada, simplemente porque no se está absorbiendo correctamente o hay pérdidas crónicas.

¿Qué señales pueden hacer sospechar de un déficit de hierro?

Además de los síntomas digestivos, hay otras señales de alerta que pueden indicar una posible deficiencia de hierro:

  • Cansancio constante

  • Palidez de piel y mucosas

  • Uñas frágiles o con forma cóncava

  • Caída del cabello

  • Problemas de concentración o bajo rendimiento escolar

  • Irritabilidad o apatía

  • Deseo de comer cosas no alimenticias (pica), como tierra o hielo

Ante varios de estos signos, lo mejor es consultar con el pediatra, que podrá solicitar una analítica para confirmar si hay anemia o niveles bajos de hierro (ferritina).

¿Qué hacer si hay déficit de hierro?

El tratamiento dependerá de la causa. A veces basta con mejorar la alimentación, y otras se necesita suplementación.

  • Incluir alimentos ricos en hierro: carnes rojas, legumbres, yema de huevo, verduras de hoja verde.

  • Combinar con vitamina C: ayuda a mejorar la absorción (por ejemplo, lentejas con tomate o naranja de postre).

  • Evitar lácteos justo con las comidas ricas en hierro: el calcio puede interferir en su absorción.

  • En algunos casos, el pediatra puede recomendar suplementos de hierro y/o estudios para detectar causas digestivas.

La falta de hierro sí puede provocar síntomas digestivos en algunos niños, aunque no siempre son fáciles de identificar. También puede suceder lo contrario: que un problema en el aparato digestivo esté provocando la deficiencia.

Por eso, si notas que tu hijo tiene molestias intestinales frecuentes, bajo apetito, cansancio o se encuentra más apagado de lo habitual, consulta con su pediatra. Detectar a tiempo un déficit de hierro es clave para evitar complicaciones y mejorar su calidad de vida.

Referencias: